Haiti vs Trinidad (clasificatoria Mundial`74).

Si ha habido un Mundial con anécdotas e incidentes de todo tipo,ese ha sido el de Alemania Occidental de 1974.No solo durante el transcurso del mismo,sino en la fase previa de clasificación.El Mundial de la RFA fue el fiel espejo del panorama tan conflictivo en lo político y social que el mundo vivía por aquellos años:

-La amenaza de Fracción del Ejército Rojo (RAF), para atentar durante el campeonato.

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-El primer expulsado por tarjeta roja en un Mundial,Carlos Caszely de Chile.

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-La irrupción de unos chilenos en el Australia-Chile para protestar contra la Dictadura de Pinochet.

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-El «show» de Mwepu Ilunga ,del Zaire,en el partido contra Brasil.

 

 

-El duelo morboso entre Alemania Oriental y Alemania Occidental.

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Pero también en la fase previa se vivieron multitud de anécdotas,algunas más agradables que otras.Así por ejemplo, previo a la cita mundialista,se produjo el partido fantasma de repechaje entre Chile y la URSS,en la que los soviéticos rechazaron jugar en el estadio que servía de campo de detención ilegal para los prisioneros políticos de Pinochet o también el hecho de que Albania jugara su primer partido «oficial» en la previa al Mundial a pesar de que llevaran más de 40 años practicando el deporte en ese país.

Pero todas estos sucesos se quedan en nada si los comparamos con uno de los mayores escándalos vividos en un partido de fútbol internacional de la Historia:Haiti vs Trinidad y Tobago,jugado el 4 de Diciembre de 1973 en Puerto Príncipe.Hay que recordar que por aquel entonces Haití vivía sumida en la sangrienta dictadura de «Papa Doc» Duvalier,en la que éste hacía y deshacía a su antojo en el país caribeño.

El partido entre las islas caribeñas era crucial.El que lo ganara iría al Mundial de RFA 1974.Así que la maquinaria de Duvalier se puso a funcionar.Es bien sabido que el fútbol en el Caribe no destaca por su nivel ni por su grado de seguimiento,pero a los dictadores les encanta eso de presumir ante el Mundo de los éxitos de su equipo de fútbol.Es publicidad gratis para el Régimen…y publicidad de la buena,aunque todos sepan que se ha conseguido a base de actuaciones no demasiado éticas.El partido fue arbitrado por el salvadoreño José Roberto Henríquez y ya se pueden hacer una idea de cómo se desarrolló.Uno tras otro fue anulando goles a Trinidad,hasta lograr el récord de CINCO goles invalidados (tres de ellos claramente legales).El encuentro finalizó con victoria de Haití por 2-1.

Ante el escándalo por la actuación arbitral,la FIFA tuvo que tomar medidas y acabó expedientando al árbitro salvadoreño y al linier canadiense,James Higuet.Ninguno de los dos pudo actuar nunca más en partidos oficiales de FIFA.Aunque nunca se pudo demostrar el soborno del Gobierno haitiano con los colegiados,parece más que evidente que sí hubo algo muy turbio en aquel encuentro.

Finalmente,la clasificación de la CONCACAF para el Mundial del 74, acabaría con Haití a la cabeza,seguida de Trinidad y México:

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Haití alcanzaba por primera vez (y única) en su Historia,la fase final de un Mundial de fútbol,pero estoy seguro que Joe Gaetjens no hubiera estado muy orgulloso de ver cómo se logró.Los haitianos fueron encuadrados en el grupo D,con Polonia,Argentina e Italia.Un grupo muy duro para cualquier selección mundial,ya no digamos para la débil Haití.Acabaron (como era previsible),últimos y con cero puntos.

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Tras el partido de debut ante Italia,el defensa haitiano Ernest Jean Joseph es elegido para pasar el control anti-doping.Da positivo por efedrina.La FIFA,que por aquel entonces no tenía sanciones disciplinarias concretas por asuntos de doping,decide expulsar al jugador de la competición.No quedaría aquí la cosa para el joven jugador caribeño.Aquello era una afrenta no solo contra el equipo de fútbol, sino contra el «todopoderoso» Duvalier.Así que,tras ser apalizado por sus propios compañeros en el hotel de concentración,es enviado en secreto a Haití,donde es condenado a dos años de internamiento en un campo de concentración,siendo torturado diariamente por sus captores.

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Así se las gastaba Papa Doc en el Haití de los años setenta…le gustaba hacer trampas y asesinar,pero no tanto que la comunidad internacional lo supiera.

 

Joe Gaetjens.

A veces creo que Dios existe. Pero creo que no es nada extraordinario en sus virtudes, más bien todo lo contrario. Me lo imagino borracho, pendenciero, sarcástico, vengativo, violento y con un refinado gusto por el sadismo, como esos niños que arrancan las alas a las moscas y observan divertidos al insecto…. hasta que se aburren de él y lo aplastan. Así me imagino a Dios, como a un parroquiano de bar de la vieja escuela, que concibe hijos por las esquinas y se olvida de ellos tan pronto eyacula.

Uno de mis motivos para pensar así sobre Dios  es Haití. La antigua isla de «La Española», a donde llegó Colón en su primer viaje a América en 1492, albergó el primer asentamiento europeo permanente. Tras una colonización sangrienta, que acabó con la gran mayoría de los indígenas de la isla, se pasó al régimen de importación de esclavos negros, los cuales harían el trabajo que los taínos no pudieron hacer. Así se mantuvo la Isla durante un par de siglos hasta que los franceses, interesados por la gran riqueza en materias primas caribeñas, conquistaron la porción oeste de «La Española» fundando de esta forma lo que hoy conocemos como Haití.

Haití fue, en la época colonial, la joya de la corona francesa .Desde la metrópoli zarpaban cientos de barcos para cargar sus bodegas con las valiosas materias primas haitianas. Haití fue llamada «La Perla de las Antillas» y se consolidó como el puerto mercante más importante de América.

En Haití convivían blancos, mulatos y negros, siendo los negros en su gran mayoría esclavos de los otros dos grupos. Tras más de un siglo con esta situación, los negros lanzan una ofensiva contra sus amos, que hace temblar a toda la América colonial. La rabia contenida de aquellos negros esclavos estalló y los blancos lo pagaron muy caro. No quedó ninguno. Los fueron decapitando uno por uno , tanto a los que allí nacieron, como a los que venían de Francia a sofocar la Revolución. Hasta el infatigable Napoleón dio su brazo a torcer con semejante marabunta.

Envueltos desde su nacimiento en la sangre de los blancos, su Historia posterior no iba a ser diferente. Desde la fundación de Haití en 1804 ,el país solo ha vivido guerras, invasiones estadounidenses y políticos psicópatas, pasando en un siglo de ser la región más rica de América, a la más pobre del continente.

Los mandatarios posteriores a la independencia de Haití fueron siempre negros y mulatos. Uno de esos mulatos, descendiente de alemanes y afro-americanos, fue Joe Gaetjens, el jugador que humilló a Inglaterra en el Mundial de Brasil 1950. Gaetjens pertenecía a una de las familias más influyentes y acomodadas de Haití, por lo cual se pudo permitir ir a estudiar a la Universidad de Columbia (EEUU), mientras el resto de su país tenía un analfabetismo del 50%.

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A pesar del alto nivel económico de la familia de Gaetjens, estudiar en los States, en una Universidad como Columbia , era misión imposible sin un sobresueldo a mayores, por lo que el haitiano se tuvo que coger un trabajillo de fregaplatos para ir pagando las facturas de su estancia en el país. Su jefe en el restaurante fue un empresario de origen gallego, que le ofreció jugar al soccer en el equipo que él presidía. Gaetjens, que había sido jugador en Haití, aceptó debido a la insistencia de su jefe.

Tras las buenas actuaciones en la Liga Americana de Soccer, el haitiano es incluído para formar parte del equipo que representaría a EEUU en el Mundial de Brasil 1950. Con un equipo amateur formado por empleados de funeraria y fregaplatos, los estadounidenses lograron derrotar por 1-0 a Inglaterra, uno de los mejores equipos del mundo. El gol lo marcó Gaetjens y la mofa a los ingleses llega hasta la actualidad.

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Tras aquella actuación destacada, el haitiano (nunca adoptó la nacionalidad estadounidense) probó suerte en las Ligas europeas pero no consiguió adaptarse al estilo de vida y acabó regresando a su Haití natal al cabo de unos meses. Allí siguió jugando en clubs locales hasta que una lesión truncó su carrera. Tras su retirada, se dedicó a ser imagen de marcas multinacionales en su país, aprovechando la gran fama que tenía en la isla.

Todo iba más o menos bien para él, hasta que François Duvalier se hace con el poder en 1957, autoproclamándose Presidente Vitalicio en 1964. Uno de los opositores políticos a «Papa Doc» era un familiar de Joe Gaetjens, Louis Déjoie. Automáticamente la familia de Gaetjens se exilia sabedora que Duvalier tomará represalias contra ellos. Todos lo hacen menos Joe, que con su forma de ser bondadosa e ingenua piensa que a él nadie lo tocará pues nunca estuvo metido en política y además era un deportista ilustre en el país.

Nada más lejos de la realidad.

Al día siguiente de la proclamación de Duvalier como Presidente Vitalicio, Gaetjens es detenido por los «Tonton Macoute» ( en castellano: «Hombre del Saco», una especie de Gestapo caribeña a las ordenes de Duvalier) y encerrado en una prisión militar, donde es torturado salvajemente, bajo la acusación de conspirar contra Duvalier. El cadáver nunca aparecería.

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Gaetjens fue uno más de una lista interminable de desaparecidos y asesinados de aquella época. en un país donde  Dios lleva olvidándose de la piedad desde hace muchos siglos, mandando terremotos devastadores a la Nación que una vez soñó con la Libertad y que hoy parece vivir en un ritual vudú permanente.

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