El descubrimiento de Europa

El deporte rey llegó a Sudamérica desde las Islas Británicas y sus primeros cultores fueron inmigrantes europeos. El contacto formal entre equipos de ambos continentes se produjo en 1904, cuando el Southampton inglés visitó Argentina y Uruguay. En los años siguientes, otros equipos de clubes ingleses, escoceses, españoles, italianos y austríacos realizaron giras por la región rioplatense. Pero se debió esperar veinte años para que un team sudamericano se presentara y compitiera en el Viejo Continente. En los Juegos de 1924 en París, la selección de Uruguay sorprendió a todos ganando brillantemente la medalla de oro y estrenando la costumbre de la vuelta olímpica. El público parisino, para el que Uruguay era un país exótico, quedó deslumbrado con la habilidad y la destreza de los Celestes. El éxito y el renombre conseguidos por los uruguayos abrió las puertas a otros equipos sudamericanos y despertó en ambas orillas del Plata el interés por viajar y medir fuerzas con los europeos.

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No hizo falta esperar mucho. En 1925, mientras en Buenos Aires coexistían dos ligas rivales -la Asociación Argentina y la Asociación Amateur- los dirigentes y jugadores del Boca Juniors (que militaba en la primera y, por lo tanto, gozaba del reconocimiento de la FIFA) decidieron jugarse en la quijotada de intentar la conquista de Europa.

Tres representantes de la colectividad española; los señores Zapater, Isasmendi e Ibáñez; fueron los organizadores de la gira. La historiografía futbolística los considera los primeros empresarios futbolísticos del país.

La delegación fue presidida por Adelio Cariboni y Vicente Decap. Esta fue la plantilla:

* Américo Tesoriere, primer futbolista en ser tapa de El Gráfico, arquero internacional que mantuvo su valla imbatida en dos Campeonatos Sudamericanos seguidos (1921 y 1924).

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* Ludovico Bidoglio

* Ramón Muttis, mundialista en 1930.

* Segundo Médici, olímpico en 1928.

* Alfredo Elli, capitán y entrenador.

* Mario Busso

* Domingo Tarasconi: Grandísimo goleador. En los Juegos de 1928 convirtió 11 goles en 3 partidos. También cooperó como entrenador.

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* Antonio Cerrotti

* Dante Pertini

* Carmelo Pozzo

* Carlos Antraygues

* Alfredo Garasini: Polifuncional, durante su carrera jugó incluso de arquero. Posteriormente fue entrenador, masajista y hasta juez de línea.

El plantel se reforzó con estos jugadores cedidos por otros equipos:

* Manuel Seoane (El Porvenir): El Negro o la Chancha, gran figura de Independiente. Fue el máximo goleador de la Era Amateur con 207 conversiones. Estaba suspendido en la Asociación Amateur y el club rojo lo prestó a El Porvenir, que revistaba en la Liga antagónica.

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* Cesáreo Onzari (Huracán): Autor del primer gol directo de córner en la Argentina, en 1924. Como se lo convirtiera a los flamantes campeones olímpicos se lo llama hasta el día de hoy “gol olímpico”.

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* Luis Vaccaro (Argentinos Juniors)

* Octavio Díaz (Rosario Central): Arquero internacional, olímpico en 1928.

* Roberto Cochrane (Tiro Federal de Rosario)

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La hinchada boquense siempre se ha jactado de ser la más seguidora y fiel. En este capítulo de su historia nace esa convicción. La delegación contó con el apoyo desinteresado de Victoriano “Toto” Caffarena, un hincha que financió parte de la tournée y colaboró como utilero y masajista. Con él nació el arquetipo del hincha boquense seguidor e incondicional. Él fue el primer Jugador Nº 12.

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Finalmente, se arreglaron los viáticos y el 4 de febrero de 1925, a bordo del Formosa, partieron los muchachos gauchos, hacia Europa, el otro mundo. La hinchada boquense los despidió en la dársena con bengalas, acompañada por hinchas de otros clubes. Tras veintidós días de mar, llegaron a Vigo. Durante el viaje, se hubo de lamentar la primera lesión. Mario Busso se luxó el hombro entrenando en la cubierta.

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Debía ser Galicia, generosa madre de inmigrantes, la encargada de albergar el partido debut. Fue el 5 de marzo de 1925 en Vigo. El Celta cayó 3-1 ante los auriazules. Antonio Cerrotti fue el primero en marcar. Fue tanta la expectativa creada por el encuentro, que varios espectadores se ubicaron en los techos de una fábrica para verlo. La estructura cedió y hubo 2 muertos y varios heridos. El match estuvo detenido por un cuarto de hora.

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El 8 de marzo fue la revancha y el Celta, reforzado por jugadores cedidos, se impuso por 3-1. El 12 de marzo, el rival fue el Deportivo La Coruña. Boca ganó 3-0 y Américo Tesoriere detuvo un penal, el primero por un argentino en Europa. La excursión por terras galegas culminó el 15 de marzo, con la victoria 1-0 sobre el Deportivo.

El tour continuó por Madrid. En la capital, Boca batió 2-1 al Atlético y al Real 1-0. Este match fue presenciado por el rey Alfonso XIII.

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El juego debió interrumpirse a los 10 minutos de comenzado para que los jugadores presentaran sus respetos al monarca, que llegó en ese instante. El gol boquense lo anotó Carmelo Pozzo que, en el festejo, realizó una reverencia ante el rey. La etapa madrileña terminó con la victoria por la mínima ante Sociedad Gimnástica. En este partido, se produjo la lesión de Luis Vaccaro.

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Luego, los boquenses se trasladaron al País Vasco. En Irún, el Real Unión le propinó al equipo de la Ribera su peor derrota: 4-0, con un póker de un jugador llamado Errazquín o Zarrazquín (las fuentes difieren en este dato) de quien se dijo que había nacido en Argentina. En esta ciudad, los jugadores realizaron un entrenamiento consistente en trotar por las calles en torno a la manzana del hotel. Tesoriere, que encabezaba la fila, notó que a cada vuelta lo seguían menos compañeros. Pronto descubrió que al pasar por la puerta de una taberna, los muchachos se escapaban de la fajina para probar la célebre sidra guipuzcoana que generosamente les ofrecían.

El 5 de abril, los leones de San Mamés batieron al equipo de la Ribera por 4-2. El team porteño se retiró del campo a los 60 minutos en protesta por un penal. Pero volvieron al rato para terminar el partido. Estas derrotas traerían consecuencias, como veremos más adelante. El 19 de abril, Boca venció a Osasuna por un gol a cero.

El 26 de abril se enfrentaron en Barcelona al Espanyol. La portería del equipo catalán estaba custodiada por Ricardo “Divino” Zamora. Para calentar la previa, un diario publicó unas supuestas declaraciones del goleador Domingo Tarascone: “Yo acabaré con el mito del Divino: le haré un gol de 25 metros”

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Antes de comenzar la partida, Tarascone se aproximó al portero y le aclaró que no había hecho esas manifestaciones. Zamora aceptó las palabras del delantero y se estrecharon las manos. Sin embargo, a los 67 minutos Tarascone batió la valla desde 30 metros. El partido terminó 1-0.

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Otras dos victorias –al Espanyol 3-0 y al Combinado Catalán 2-0 –completaron la fase catalana del viaje.

El programa de la gira preveía la continuación por tierras francesas. Pero las derrotas ante los vascos hicieron desistir a los organizadores galos. La Delegación boquense se trasladó a Munich. El 9 de mayo, después de un viaje agotador y sin dormir, los Xeneizes se midieron con el Bayern. El encuentro terminó 1-1. Según Alfredo Elli, el capitán, ese día nació la mítica garra boquense. Pasaron a Berlín para vencer al Nordwestern por 3-0.

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El 21 de mayo se registró el resultado más abultado de la gira. Boca Juniors batió 7-0 al Spielvereinigung en Leipzig con goles de Tarascone, Cerrotti (2), Onzari, Pozzo (2) y Garasini.

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En Frankfurt, se derrotó al Combinado local por 2-0 y al Eintracht por el mismo marcador. La prensa alemana no ahorró elogios para los jugadores sudamericanos, que fueron calificados los “Malabaristas del fútbol”.

En vista del éxito conseguido en la República de Weimar, los franceses reconsideraron su decisión anterior e invitaron a los auriazules a jugar un partido en Paris. En la Ciudad Luz derrotaron 4-2 a un Combinado Parisino, con un triplete de Seoane, top scorer de la excursión con 12 goles. Con las últimas chirolas que les quedaban, los argentinos se dieron el gusto de subir a la Torre Eiffel.

Un mes más tarde, el 12 de julio, la delegación boquense arribó a Buenos Aires. Fueron recibidos como héroes.

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La Asociación Argentina lo declaró Campeón de Honor, título que tiene su estrellita en el escudo.

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Un dato de color. Mientras duró la gira, Boca no se presentó a ninguno de los partidos del campeonato local ni dejó un equipo alternativo para que lo hiciera. Sin embargo, terminó invicto su campaña ¿Cómo es eso? Al volver del viaje, se reintegró a la competencia y jugó los últimos 7 partidos de la temporada, de los cuales venció en 6 y empató el restante. Por ende, terminó en el puesto 20º con 13 puntos e invicto. Así de irregular era el fútbol nacional en ese entonces.

Pasada la euforia, llegó la hora del balance. La gira fue un fracaso financiero para los tres empresarios. En la organización hubo muchas falencias. Algunos partidos se jugaron con escasa diferencia de días y otros muy espaciados. Se sufrió la diferencia de temperatura (calor en España, frío en Alemania). El programa sufrió alteraciones. En Francia había 10 partidos previstos, cancelados como ya se ha explicado. No se pudo viajar a Suiza, Checoslovaquia e Inglaterra, como se deseaba. Pero el aspecto deportivo fue un éxito absoluto. No solo por los partidos ganados, sino por la admiración que generaron los argentinos por su habilidad. El prestigio conseguido dura hasta hoy.

Tesoriere, Bidoglio, Tarascone, Muttis, Seoane. Nombres que resuenan en la memoria colectiva de los futboleros criollos. Hombres que por vez primera pasearon la gambeta argentina por Europa. Jugadores que enaltecieron la casaca azul y oro y honraron la bandera de nuestro fútbol con habilidad y gallardía, con coraje y caballerosidad. El olvido no podrá con sus hazañas.

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N. del A.: Para la redacción de la nota se ha tenido en cuenta la información que figura en fuentes cercanas al Club Boca Juniors, dadas las divergencias halladas en otras.