Los números de 2013.

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2013 de este blog.

Aquí hay un extracto:

El Museo del Louvre tiene 8.5 millones de visitantes por año. Este blog fue visto cerca de 100.000 veces en 2013. Si fuese una exposición en el Museo del Louvre, se precisarían alrededor de 4 días para que toda esa gente la visitase.

Haz click para ver el reporte completo.

El día de la nieve.

Una bella historia de recuerdos de niñez antes de la Navidad. Nieve, fútbol, rusos y golpes de Estado al ritmo del tango de Germán Magide.

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Era 1976. Marzo de 1976. La Oscuridad se cernía sobre la Patria. Pero yo era un pibe de 9 años y no estaba al tanto de nada. Solo quería mirar la tele un sábado a la mañana. En eso estaba cuando llegó mi viejo y cambió de canal. Y lo que vi quedó en mi memoria para siempre.

La Selección Argentina se medía con la antigua Unión Soviética en Kiev. Era marzo de 1976, un sábado a la mañana y la nieve caía sobre Kiev.

Nunca había pensado que se podía jugar un partido en medio de una nevada. El blanco y negro de la transmisión televisiva no impidió ver como el campo de juego se tornaba blanco hasta que las líneas de la cancha desaparecieron.

En Buenos Aires y sus alrededores las nevadas son rarísimas. El que esto escribe solo vio dos en su vida: En 1984 durante un viaje a la Patagonia y en 2007, en Buenos Aires, nevada que fue la segunda registrada en la capital argentina en toda su existencia.

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Es por eso que el recuerdo de ese partido marca un hito en la historia del fútbol argentino.

Menotti era el entrenador. Y decidido a conformar un equipo competitivo, programó una gira por Europa. Para llegar, la delegación debió soportar un peregrinaje devastador:

* Primera etapa: Buenos Aires-Las Palmas

* Segunda etapa: Las Palmas-Madrid

* Tercera etapa: Madrid-París. Allí debieron atravesar todo el Aeropuerto de Orly para realizar un trasbordo.

* Cuarta etapa: París-Zurich. En la ciudad suiza pasaron la noche en un hotel.

* Quinta etapa: Zurich-Varsovia. Los viajeros vieron la nieve por primera vez.

* Sexta etapa: Varsovia-Moscú. En la capital rusa, primeros inconvenientes. Passarella y Mouzo (defensor de Boca) tenían las visas intercambiadas. Personal de la Embajada argentina lo solucionó. Y algo peor: Olguín viajó con la visa de Asad (mediocampista de Vélez que no integró la delegación). El defensor se quedó en el Aeropuerto con un dirigente para solucionar el conflicto. El resto (jugadores, entrenadores, periodistas) abordó un micro para trasladarse a otro aeropuerto, distante 60 km, donde abordar el avión que los llevaría a Kiev. Antes del decolaje, Olguín fue liberado y se unió al plantel.

* Séptima etapa: Moscú-Kiev. Por las demoras, los viajeros llegaron tarde para cenar y debieron improvisar unos sándwiches de mortadela.

* En Kiev, último y gran conflicto. La AFA reservó alojamiento solo para jugadores y cuerpo técnico. Los periodistas debieron ir a otro hotel.

* Tiempo total del viaje: 50 horas.

A pesar de los esfuerzos de Menotti, los endémicos problemas organizativos del fútbol argentino seguían vigentes.

El 20 de marzo fue el primer encuentro. Los 10 jugadores de campo que ese día batieron 1-0 a la vieja CCCP fueron Tarantini, Olguín, Killer, Carrascosa, Gallego, Ardiles, Trobbiani, Bochini, Luque y Kempes (autor del gol). Y, en el arco; -único, genial, invencible –el Loco Gatti.

Para defenderse del frío, Hugo salió al campo con pantalones largos (algo nunca visto en canchas argentinas), las medias por encima del pantalón y una espectacular gorra de lana con pompón. Gatti ya se destacaba por su legendaria vincha, pero el gorrito superó todo lo conocido hasta ese momento.

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El encuentro empezó con dominio argentino. Bochini, Ardiles y Trobbiani se adueñaron de la pelota y empezaron a tocar. La falta de aceleración en el último cuarto de la cancha imposibilitó que la superioridad se transformara en gol. Recién a los 43 minutos, los dos delanteros, Luque y Kempes, armaron una jugada combinativa que culminó con el remate del Matador a la red que defendía Prokhorov.

En el segundo tiempo el juego cambió. La nieve cubrió casi totalmente el campo y los argentinos no pudieron hacerse del control del balón. Los soviéticos hicieron entrar a Oleg Blokhin y se volcaron al ataque en busca del empate.

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Y en ese momento apareció Gatti. Seguro y sereno, se interpuso una y otra vez entre los locales y el gol. No solo atajó los remates. También cortó los centros y anticipó pases. Su performance fue reconocida por el periodismo soviético que lo ensalzó a la estatura de héroe. Nada menos ellos, que tuvieron a Yashin.

El poderío del rival (URSS llevaba un lustro sin perder como local) y la adversa meteorología (Ningún jugador argentino tenía experiencia previa en terreno nevado.) hicieron de la victoria un punto de inflexión en el trabajo de Menotti. Ese día se consolidaron varios hombres que luego serían figuras en 1978. Ese sábado debutó en la Selección nada menos que Daniel Passarella, reemplazando a Bochini. El propio Gatti contó que el futuro Gran Capitán, que a la sazón tenía apenas 21 años, entró y le dijo: “Loco, no salgas más que yo las saco todas”. Y las sacó todas.

Como puede notarse, entre los 11 iniciales, había 7 futuros campeones mundiales: Ardiles, Gallego, Kempes, Killer, Luque, Olguín y Tarantini. A los que se sumaron otros dos que llegaron desde el banco: Houseman y el mencionado Passarella. Y el arquero suplente era Ricardo Lavolpe, tercer portero en 1978 y luego entrenador de México en 2006.

Además, Bochini y Trobbiani alcanzaron la gloria diez años después, en 1986. Gatti no jugó el Mundial porque no llegó a recuperarse de una lesión y Carrascosa renunció a la Selección antes de la competencia.

Muchísimos años después, conseguí la revista El Gráfico con la crónica de ese partido. Las declaraciones de los argentinos son muy interesantes.

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Ricardo Bochini: “Yo estaba físicamente fenómeno para seguir, el problema era dominar la pelota”

Jorge Carrascosa, el capitán: “Antes del partido fui a probar la cancha. Hice varios piques y cuando quería frenar, patinaba cuatro metros. Todavía me parece mentira haber jugado con el campo así y además ganar el partido”

Alberto Tarantini: “Ese 16 que entró en el segundo tiempo era un fenómeno ¿Ah, ese era Blokhin? (Aclaremos que Oleg el Grande era el mejor jugador de Europa de esa temporada.)

Hugo Gatti, el hombre de Kiev: “Hoy me di cuenta de por qué los arqueros europeos son tan simples y directos”. “Casi todo lo que me dijo Lorenzo (entrenador de Gatti en Boca) se cumplió, excepto el resultado: el creía que los rusos nos pasaban por arriba” (En Argentina todavía existía el prejuicio de que era imposible vencer a los europeos)

César Menotti: “Cuando la personalidad del equipo se consolide, en un partido así irá por el segundo gol”. “El mito de la velocidad se cae cada día más: A Luque y a Houseman en carrera no los podían parar.”

Los diarios soviéticos reflejaron lo ocurrido de esta manera:

“Kempes fue uno más en la línea de ataque y en el centro del campo trataba de crear las condiciones para que las amenazas fueran reales el enérgico Ardiles. Sin embargo, sus esfuerzos parecían poco convincentes. Sin embargo, la fortuna sonrió de repente a los huéspedes. En el minuto 42 º, recibiendo solo un pase fuerte desde atrás, Kempes tiró un poco por delante de Makhovikov y simplemente envió el balón ante la salida rápida de Prokhorov. He aquí una paradoja típica de fútbol ¿Qué se puede hacer con esto del fútbol, a veces tan ilógico y traicionero!”

“Tras el descanso, como ya he dicho, las cosas han ido mejor. Sin embargo, las metas se hubieran cumplido, si no fuera por el brillante guardameta Gatti. Sin duda, a todos los equipos les gustaría tener este portero. Realmente, Gatti hizo maravillas. Incluso cuando, golpeado el balón, él estaba acostado en el barro y con el disparo casi a quemarropa, el incansable y valiente arquero tuvo tiempo de salir victorioso. Antes que nada Argentina le debe el puntaje ganador.”

Mikhail Mikhailov, de Kiev. Weekly «Fútbol – Hockey» № 13, 1976

“Los jugadores de ambos equipos a menudo trataban de patear al gol, incluso de larga distancia, lo que era más que razonable con las condiciones descritas anteriormente. Mucho más a menudo, lo hacían los jugadores soviéticos (en la primera mitad, el juego fue en su mayoría en la puerta de Argentina), pero el «último recurso» de los invitados -el experimentado portero Hugo Gatti -estuvo en estado de alerta, y en repetidas ocasiones con salidas audaces y oportunas, salvó a su equipo”

G. Borisov, El deporte soviético, 21.3.1976

Hace pocos días, hallé gracias a la magia de las computadoras un brevísimo video de ese partido y la ficha del encuentro en cirílico.

 

 

1976 (20.03) СССР – АРГЕНТИНА – 0:1 Товарищеский матч Киев. Центральный стадион. 32000 зрителей. Судья – С. Гонелла (Италия). СССР: Прохоров, Коньков (Фоменко, 53), Маховиков (Трошкин, 46), Абрамов, Лещук, Ловчев (к), Минаев, Назаренко (Онищенко, 46), Сахаров, Веремеев, В. Федоров (Блохин, 46). Тренер – В. Лобановский. Аргентина: Гатти, Ольгуин, Киллер, Карраскоса, Троббиани, Гальего, Бочини, Луке, Ардилес (Пассарелла, 56), Кемпес (Хаусман, 68), Тарантини. Тренер – Сесар Луис Менотти. Гол: Кемпес (41)

El árbitro del match fue el italiano Sergio Gonella, quien sería el juez principal en la final del Mundial ’78.

Otra imagen impactante fue la de los jugadores quitándose las casacas para intercambiarlas con los rivales, quedando con el torso desnudo bajo los copos.

La gira siguió en Chorzow, donde Argentina volvió a ganar: 2-1 a la poderosa Polonia de los años ’70. Luego, se perdió con Hungría (0-2), con el Hertha Berlin (0-1) y se empató con el Sevilla (0-0). Pero la Selección había dado un paso gigantesco hacia su consolidación.

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Cuatro días después de la memorable victoria en la capital ucraniana, el mismo día que se vencía en Polonia; un golpe de Estado derrocó al gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón y dio inicio al Proceso de Reorganización Nacional, la noche más negra de la historia argentina.

Argentina salió campeón del Mundo.

Vi muchos otros partidos bajo la nieve.

Pero las imágenes de aquel sábado de 1976, la estampa de Gatti con su gorra de lana revolcándose en el barro y la nieve quedarán para siempre en mi memoria, porque así perduran las hazañas de los héroes.