La Virgen mufa ¹

¹ Del lunfardo: mala suerte, gafe

En el folclore del futbol existe la creencia de que hay actos fastos y nefastos. Los deportistas afirman que el éxito es tanto fruto del talento, el trabajo y la garra como de la suerte; en partes iguales. Y creen que, mediante ciertas operaciones es posible manipular el azar para que se vuelva favorable.

Objetos, prendas de vestir, gestos repetidos, invocaciones a la Divinidad son algunas de las acciones garantes del éxito.

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Si el resultado deportivo es negativo; significará que el acto se volvió nefasto. Estas acciones similares a conjuros se denominan cábalas.

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En consonancia con esta fe, los delanteros no lavan las medias con las que consiguieron un gol, los arqueros pronuncian ciertas palabras para “mufar” al rival que está por patearles un penal y los entrenadores acceden al field siempre con la misma camisa.

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Poco antes del Mundial ’86, Argentina derrotó a Israel 7-2. Después ganó la Copa del Mundo. A fin de repetir la consagración, el enfrentamiento con la selección israelita se repitió en 1990 (2-1), 1994 (3-0) y 1998 (1-2). Con la llegada de Bielsa, la cábala se cortó. Misteriosamente, la Albiceleste quedó afuera en primera ronda.

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Los seguidores de los equipos, contagiados de idéntica locura, realizan toda clase de actos para contribuir al triunfo de sus ídolos.

Dado que los ejecutores de estas prácticas son personajes públicos, mucha gente común los toma como ejemplo y decide imitarlos.

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Toda ideología tiene sus fundamentalistas. En este caso, atribuyen el éxito exclusivamente a amuletos, talismanes y rituales. En consecuencia, el deportista no entrena ni el entrenador planifica; pero cumplen escrupulosamente con los actos cabalísticos.

Algo de eso debió pasarles a los muchachos de Colón de Santa Fe. En 2011, fueron protagonistas de un hecho confuso que mezcló la magia, la fe y el bajo rendimiento deportivo.

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Para reconstruir la historia, es necesario remontarse al año 2001. El ex golero uruguayo, Jorge Fossati, entrenador en la oportunidad de la entidad santafecina, decidió donar al club una imagen de la Virgen, concretamente de Nuestra Señora de Guadalupe. Con el beneplácito de las autoridades de Colón, se puso en contacto con un escultor llamado Saúl Miller.

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Poco tiempo después, la enorme estatua de 2,55 metros era entronizada en el estadio Brigadier General Estanislao López, hogar de la entidad sabalera. Allí permaneció, presidiendo las campañas rojinegras y oyendo las groserías que proferían los concurrentes a las gradas.

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Entre 2010 y 2011, Colón atravesaba una mala racha. Muchas veces hemos visto situaciones parecidas ¿Cuál es el motivo por el que un deportista o un equipo entran en un periodo de derrotas o victorias consecutivas? Hay quienes dicen que las razones hay que buscarlas en lo psicológico. Pero para la afición y el plantel sabaleros la cuestión no tenía explicación lógica. La única verdad, la única realidad era que en 21 encuentros jugados en casa, solo había ganado 5. El record sumaba 11 derrotas y 5 empates. La paciencia de la gente se agotó el 28 de agosto de 2011cuando se perdió el derby contra Unión por 0-2.

Aquí entra uno de los actores de esta historia. Se llama Ariel “Chino” Garcé y jugaba de defensor. Transitaba su segunda etapa en Colón después de haber jugado en River Plate, Morelia de México y Olimpo de Bahía Blanca. Un año antes ya había protagonizado un hecho extraño. Diego Maradona lo seleccionó para el Mundial de Sudáfrica después de verlo en un sueño, señal de que lo extrasensorial y Garcé iban de la mano.

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A los pocos días de la derrota en el clásico santafecino, apareció en el club con una grúa, removió la imagen de la Virgen y la hizo depositar en su camioneta. Luego, ante el estupor de los testigos, partió con rumbo desconocido.

Pasaron varios días y de la Virgen, ni noticias. Pero Colón pareció recuperar la suerte y en su siguiente partido de local derrotó a San Lorenzo 3-1. Pero entre la alegría por el triunfo reencontrado, comenzó a tejerse una red de rumores. Se decía que la desaparición de la imagen y la racha estaban relacionadas, que los jugadores conocían el paradero de la Virgen, que Garcé la había hecho desaparecer…

A fin de acallar esos dimes y diretes, la Comisión Directiva lanzó un comunicado. El documento sostenía, básicamente, lo siguiente:

1. La imagen de la Virgen no había sido retirada permanentemente

2. Se le efectuarían trabajos de restauración y seria bendecida nuevamente.

3. Luego, se la reubicaría en un lugar más adecuado.

4. El costo de todo ese operativo seria saldado por el plantel.

El comunicado no fue tomado en serio por nadie. Se dudaba de la necesidad de la restauración, pues los empleados afirmaban que estaba en buenas condiciones. Se protestaba contra el traslado, pues se creía más lógico realizar las reparaciones en el propio estadio. Además, ¿para qué bendecirla nuevamente? ¿Y por qué los jugadores se harían cargo de todo?

Los grafitis señalaban a Garcé como principal responsable con frases casi cómicas. “Garcé, ateo, devolvé la Virgen”, le gritaban.

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Un ex jugador de la entidad, José Luis De Santis, integrante del Tribunal de Honor del club, explotó de indignación y dijo toda la verdad:

“Todo es de una enorme pobreza moral. Yo no puedo estar en una Institución de donde se retira a la Virgen por mufa. El comunicado es mentiroso y falaz.”, exclamaba.

“Después del partido con Unión, los jugadores pidieron que se retire a la Virgen. El pedido fue de Garcé. Esta directiva es una deshonra”, dijo antes de renunciar.

El escándalo fue creciendo hasta que llegar al mismo Arzobispo de la ciudad, Monseñor Arancedo. Hubo una denuncia judicial y se abrió una causa por hurto.

Acorralado, el jugador cuestionado debió salir a explicar lo ocurrido.

Su versión de los hechos fue la siguiente: viendo que la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe estaba en malas condiciones, con rajaduras y trocitos saltados, sus sentimientos cristianos se vieron ultrajados; además de temer por la seguridad del público presente en el estadio. Al trasladarla, no tomó la precaución de atarla y asegurarla. Los barquinazos y sacudidas provocaron que la estatua se rompiera en pedazos. Abrumado por el accidente y temiendo la reacción de sus compañeros, se deshizo de los trozos. Cuando la cosa tomó estado público, habló con el presidente del club y el Padre Axel Arguinchona, que los condujo a hablar con el Arzobispo. Este comprendió la situación y le dijo que se quedara en paz.

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Esta es la versión de Garcé. Pero Monseñor Arancedo, durante una Misa de desagravio celebrada el 16 de octubre, manifestó desconocer el destino de la Virgen, con lo que las palabras del jugador perdían veracidad.

Mientras tanto, el escultor Miller declaraba que “personas desconocidas” le habían encargado una réplica de la estatua original.

Entonces, entra en escena un personaje oscuro, misterioso, inexplicable. Se llamaba Ángel Muga y era parapsicólogo. Pero a la manera del mitológico Tiresias, era ciego.

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Sus propios vecinos lo acusaban de golpear a la Virgen con un martillo hasta despedazarla. Citado por la justicia, se manifestó inocente: “Soy hombre de Dios, no sé nada de esas porquerías”. Pero admitió haber sido consultado “con fines esotéricos”.

Sin hallar explicación para la mala racha, los jugadores habrán razonado: “Problema de talento, no es. Entrenamos bien. Ponemos todo. Tiene que ser un problema de suerte” Y en busca de una solución, habrían consultado con el vidente ciego (si se me permite el necesario oxímoron) que les habría señalado que la “mala onda” estaba en la imagen de la Madre de Dios. Los futbolistas cambiaron un credo por otro. No supusieron, seguramente, que todo se convertiría en un escándalo.

Finalmente, el escultor Miller esculpió otra imagen que fue bendecida y entronizada en el Estadio en noviembre de ese mismo año.

Garcé y las autoridades de Colón donaron equipo médico al Hospital de Niños de Santa Fe y evitaron el juicio. El plantel difundió un comunicado donde pedía perdón a los católicos por la destrucción de la imagen.

Garcé se fue de Colón y siguió jugando en otros clubes hasta su retiro en 2014.

Colón perdió la categoría en 2014, pero retornó a primera ese mismo año, sin que la Virgen interviniera, al menos no de modo ostensible.

Mientras, transitó por graves dificultades institucionales. La FIFA obligó a descontarle 6 puntos debido al incumplimiento de pago del pase del jugador Juan Carlos Falcón, proveniente del Club Atlante de México. A esto se sumó que el plantel profesional se negó a jugar contra Rafaela, también por las deudas que el club mantenía con ellos. La AFA le dio el partido por perdido. Tal vez, en vez de buscar las razones de la debacle en una enemistad del universo, podrían haberlo hecho en cuestiones contantes y sonantes, como el dinero que debería estar y no está.

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El ser humano tiene apetito de eternidad. Se niega a aceptar que el universo es un vulgar amontonamiento de cosas que se ven y se tocan. Pero este episodio nos muestra que cuando la creencia en lo sobrenatural es confusa, desordenada y ecléctica; no suceden milagros, sino disparates.

Es increíble que en estos tiempos cibernéticos y digitales el pensamiento mágico se difunda con tanta facilidad.

De todos modos, este cronista prefiere no enfurecer a las fuerzas del destino y escribe estas líneas después de persignarse y con una modesta cinta roja atada a la muñeca.

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