Udo Lattek y el Barça.

Udo Lattek pasa por ser el mejor entrenador alemán de todos los tiempos…al menos es el que más palmarés ostenta y el que más respeto genera en el país teutón. Tras una discreta carrera como futbolista profesional,Udo se pasó a los banquillos donde su fama no haría más que crecer con el paso de los años. Udo Lattek era un entrenador muy serio,que sabía lo que quería y que sobre todo sabía cómo podía lograrlo.Fue de este modo como triunfó en aquel Bayern de Munich setentero plagado de divos que iban a su aire; también fue capaz de lograr títulos nacionales e internacionales con en el Borussia Mönchengladbach y el Borussia Dormund. Sin duda parecía el entrenador apropiado para lograr que el FC Barcelona dejase atrás su estela de segundón histórico en España y pasase a ocupar las más altas cotas en la Liga y en la Copa de Europa. En el primer año de Lattek en la Ciudad Condal (1981),al Barça se les escapa inexplicablemente el torneo liguero en las últimas jornadas,pero al menos logra como compensación la Recopa de Europa al vencer 2-1 al Standard de Lieja.

Con la llegada de Maradona al Barça parecía que por fin los culés iban a dar ese salto de calidad que llevaban décadas esperando.La parroquia culé observaba ilusionada las evoluciones de Maradona y Schuster a las órdenes de aquel Sargento de Hierro,especialista en lidiar con figuras del balompié y lograr que bailaran siempre a su son.Las expectativas estaban muy altas…quizá demasiado.

El FC Barcelona tuvo una trayectoria muy irregular aquella temporada 1982/83 y acabó cerrándola con una Copa del Rey vencida al Real Madrid y un mediocre cuarto puesto en Liga. Udo Lattek no terminó el año al frente del banquillo culé,ya que fue cesado en Marzo debido a la presión ejercida ante la directiva blaugrana por parte de Diego Armando Maradona. ¿Cúal fue el motivo de la enemistad entre alemán y argentino?. Había muchos donde elegir pero el que finalmente hizo saltar todo por los aires fue el hecho de que Lattek dejara a Maradona colgado en un desplazamiento del Barça en autobús.El futbolista argentino no estaba a la hora concretada con el resto sus compañeros y Udo Lattek decidió arrancar sin él. El resto de la plantilla,un poco cansada ya de la actitud de niñato del astro argentino,vitoreó la decisión del teutón. No sabía el técnico alemán que con aquella anécdota estaba cavando su propia fosa en el FC Barcelona. Los malos resultados posteriores, ayudaron a que la decisión de la directiva azulgrana fuera un poco menos traumática.

El cese del técnico alemán cogió por sorpresa a toda la afición culé,pero me imagino que el vestuario ya sabía que el bueno de Udo tenía las semanas contadas al frente del banquillo.En la rueda de prensa de prensa de despedida de Lattek,el entrenador alemán se mordió bastante la lengua para no decir lo que pensaba acerca de muchas cosas que sucedían en Can Barça y dejó que fuera el vicepresidente Gaspart quien llevara la voz cantante en aquella despedida. Gaspart,con su espíritu comedido de siempre,tildó al teutón de ser «cabeza cuadrada al estilo alemán»,achacándole un poco de falta de adaptación a la filosofía de trabajo española (!). Udo Lattek replicó con cierto humor en su turno :«He batido un record: 18 meses en el Camp Nou».«Tengo que cambiar un poco, porque con la cabeza cuadrada no se puede ir por el mundo». Y posteriormente añadiría:  » Estoy ya fuera del Barcelona y no quiero decir nada más. Puedo jurar aquí que no pienso hablar mal de este club, jamás. Llegue limpio y quiero salir como un señor. He vivido una gran experiencia en este club. Esta es la mejor afición del mundo, no he tenido ningún problema con los jugadores y con los directivos han existido las confrontaciones normales, saltan chispas, pero todo es normal».

Mientras todo saltaba por los aires en el vestuario blaugrana, Diego Maradona disimulaba y se hacía el sorprendido ante la destitución del técnico alemán.Además el astro argentino añadía que él no había exigido el fichaje de Menotti,ni tenía constancia de que el Barça lo fuera a fichar.Curiosamente a las pocas semanas el técnico argentino se haría cargo del Club hasta el final de temporada.

Años más tarde,Lattek sería el primero en declarar ante la prensa que el entorno del Barça era un nido de envidiosos,conspiradores y trepas y que el Real Madrid se veía casi como a un rival político en vez de como a un rival deportivo. Era la confirmación de lo que muchos ya sabían,pero nadie se había atrevido a decir en público. En la actualidad poco ha cambiado en Can Barça respecto a este tema….más bien todo ha ido a peor hasta límites grotescos. Tuvo que ser un alemán el que viniera de fuera para hablar de lo que tenemos en casa.

 

Cleo Inácio Hickmann

Corrían las últimas semanas de 1981 y el siempre elegante y nada violento defensa central del Athletic de Bilbao, Andoni Goikoetxea, lesionaba de gravedad a Bernd Schuster, la estrella de aquel Barça que iba líder destacado por aquellas fechas pero que acabaría perdiendo la Liga en las últimas jornadas ante la Real Sociedad. La noticia de la lesión del rubio alemán sentó como un jarro de agua fría por la espalda a la afición culé, que veía como su jugador más icónico estaría de baja como mínimo hasta el comienzo de la siguiente temporada. La directiva blaugrana, presidida por aquel entonces por Núñez y Gaspar, empezó a mover los hilos para contratar a un jugador que supliese al alemán y que ilusionase a una afición de moral fácilmente quebrantable y con mucha necesidad de títulos.

Toninho Cerezo fue la primera opción azulgrana para sustituir a Schuster, pero el entrenador alemán del Barça por aquel entonces, Udo Lattek, vetó sin rodeos a aquel jugador después de verlo en acción durante el stage argelino de la selección brasieña. Al alemán no le gustaban demasiado los mediocampistas brasileños, pues los veía demasiado anárquicos y muy poco fiables para la clase de fútbol que quería imponer en el Barça. Lejos de pillar la indirecta de Udo Lattek sobre los brazucas, la directiva volvió a la carga con el fichaje de otro carioca para intentar borrar el recuerdo de Schuster. El nombre del potencial sustituto era Cleo Inácio Hickmann, un rubio brasileño descendiente de alemanes huídos durante la Segunda Guerra Mundial. Al inflexible teutón pareció darle igual que el nuevo fichaje supiera hablar alemán, pues seguía siendo brasileño y él tenía una opinión bastante mala acerca de estos futbolistas. Los prejuicios de Lattek iban a ser otro obstáculo a salvar por Cleo.

El recibimiento a Cleo por parte de los jugadores y el entrenador azulgrana fue muy frío…o más bien gélido tirando a polar. La prensa se deshacía en elogios y buenas palabras con el futbolista mientras el vestuario le daba de lado y le veía como a un intruso. Nadie entendía el fichaje de aquel desconocido brasileño que venía a suplir a una de las estrellas europeas de la época. Por si fuera poco el nulo cuartelillo que le concedieron sus compañeros de vestuario, llegó desde Brasil la noticia de unas supuestas declaraciones suyas acerca de las prácticas homosexuales que mantuvo durante su adolescencia y la normalidad con que sucedían éstas en el fútbol. El revuelo por aquella noticia fue enorme. Si aún hoy la homosexualidad es tema tabú en el fútbol, imagínense lo que sería en los años ochenta en aquella España recién salida de 40 años de dictadura. El vestuario culé hizo piña ante la prensa para defender al jugador de puertas para afuera, pero no gustaron ni un pelo aquellas cosas que supuestamente decía su compañero. El capitán del Barça por aquel entonces, Antonio Olmo, fue el portavoz del equipo en aquel espinoso asunto y acabó zanjando la situación al decir que «si nuestro máximo rival nos ataca con este tema, publicaremos la lista de jugadores homosexuales que han pasado por ese club a lo largo de su Historia». Un aviso a navegantes que «el máximo rival» pareció entender a la perfección  pues nadie de «ese equipo» dijo nada al respecto sobre el polémico tema.

La conservadora directiva blaugrana se echó las manos a la cabeza ante las supuestas declaraciones de Cleo e intentó minimizar daños, cuadrando a toda velocidad la boda del joven futbolista con su novia brasileña. Al enlace no asistió ningún jugador de la plantilla azulgrana pero sí que estuvieron presentes Núñez y Gaspar, artífices de aquel surrealista fichaje que estaba tornándose en pesadilla por momentos. Solucionado el «problema» de la homosexualidad de Cleo, ahora había que centrarse exclusivamente en el fútbol …y en eso tampoco tuvo demasiada suerte el germano-brasileño ya que no gozó en absoluto de la confianza de Lattek. Cuarenta y cinco minutos en un partido amistoso contra el Hospitalet fue el bagaje como azulgrana de un futbolista que llegó al Barça con vitola de potencial estrella después de pagar por él al Internacional de Porto Alegre 30 millones de pesetas (180.000 euros), y que acabó saliendo por la puerta de atrás a los dos meses de llegar. Sin duda el fichaje de Cleo fue un negocio ruinoso para el Barça, que se acabó «redondeando» con los 5 millones de pesetas (30.000 euros) que percibió el jugador por su estancia en la Ciudad Condal.

Posteriormente a su salida del Club catalán, Cleo tuvo oportunidad de vengarse del desdén sufrido por el vestuario culé al realizar un gran torneo Joan Gamper en 1982 defendiendo los colores de su querido Internacional de Porto Alegre. El trofeo barcelonista voló hacia Brasil y el joven futbolista recuperó un poco del orgullo que le habían robado durante su estancia en España.

Con los años se demostró que Cleo era un futbolista aceptable pero que no daba el nivel para un conjunto puntero de Europa. Las declaraciones acerca de su orientación sexual por parte de un periodista brasileño no hicieron demasiado por su adaptación al Barça, pero dudo que hubiera sido titular con cualquier otro entrenador y sin el «escándalo gay» de por medio. El germano-brasileño se acabaría retirando en 1989 tras haber pasado por las disciplinas de Palmeiras, América y Recife.