La tragedia de Lima (1964)

“El aire se agota. Los pulmones se encogen. Las costillas se quiebran. La avalancha humana transformó el miedo en histeria al toparse con las puertas cerradas. Obstáculos de metal que sólo se abrían hacia dentro y que concluían las escaleras, el descenso hacia la muerte.»

«La masa es un río de gritos y pánico: incontenible e ignorante arrasa con las personas que tropiezan y caen bajo los pisotones. No había forma de retroceder, ascender ante la ruta equivocada de escape o escalar hacia la tribuna, donde a pesar de los gases tóxicos había libertad y no esa prisión de cuerpos apretándose, asfixiándose, matándose. La presión de los que se unían a la cascada de personas hacía imposible huir. La tragedia del Estadio Nacional debía ser consumada.»

Así comenzaba su artículo Mauricio Gil, reportero del diario El Comercio de Perú, el día posterior a «La tragedia de Lima» que costó la vida oficialmente a 328 personas.

El peor desastre de la Historia del fútbol mundial sucedió el 24 de Mayo de 1964, durante la disputa del partido entre Perú y Argentina, que se jugaban su pase a las Olimpiadas de Japón de ese mismo año. Aunque el partido no era decisivo para los peruanos, sí que era muy importante cosechar un buen resultado ante los gauchos. A Perú aún le quedaban dos partidos más de liguilla clasificatoria ante Chile y Brasil y dependía de si misma para lograr la ansiada plaza a las Olimpiadas de Tokio.

Los argentinos, por su parte, ya estaban prácticamente clasificados para los JJOO tras vencer sus cuatro partidos anteriores con solvencia. Con un simple empate en tierras peruanas, los albicelestes ya tendrían garantizado el pasaporte olímpico.

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El partido entre estas selecciones sub-23 fue muy caliente desde el comienzo. Los peruanos trataron de hacerse con el dominio del choque, alentados por un Estadio Nacional de Lima repleto que los llevaba en volandas en cada jugada. Aunque Perú tuvo fases de dominio durante el encuentro, Argentina era una selección con más tablas y supo jugar con la ansiedad de los andinos. Aquella selección del Perú contaba entre sus filas con el mítico Chumpitaz, uno de los mejores jugadores de la Historia del fútbol peruano….pero no le alcanzó para ganar aquel partido.

En el minuto 60, Manfredi marca el 0-1 para Argentina y enmudece al Estadio Nacional de Lima. Aquel tanto no era ni mucho menos definitivo para los intereses del Perú…aún había margen para la clasificación en caso de perder aquel encuentro, pero las ansias de victoria de la grada aquel fatídico domingo eran demasiado grandes como para darse cuenta de dicha realidad. La afición quería ver derrotada a Argentina en el Estadio Nacional y nada más que eso. Los ánimos iban caldeándose a medida que se acercaba el final del encuentro….y más que iban a hacerlo.

Era el minuto 80 cuando el “Nongo” Rodríguez entra por banda y centra la pelota para La Rosa. El centrodelantero no es capaz de conectar el remate y es cuando “Kilo” Lobatón se protege con el pie ante el rechazo del zaguero argentino Andrés Bertolotti.  El balón rebota en el peruano y termina dentro del marco de Cejas.  Gol peruano. Celebración y euforia. Pero los gritos de dicha callan. El tanto ha sido anulado.

El árbitro uruguayo Angel Eduardo Pazos había concedido el gol en primera instancia, pero ante las reclamaciones airadas de Perfumo lo había invalidado. La grada peruana estaba en plena ebullición ante el desenlace de aquella jugada. Es a partir de aquí cuando comienza toda la desgracia.

Un seguidor de Perú apodado «el negro Bomba» salta al campo con la intención de agredir al árbitro uruguayo. Sobre el césped es reducido por la Policia y molido a palos.

Acto seguido salta otro hincha peruano (Edilberto Cuenca) con las mismas aviesas intenciones que «el negro Bomba». La paliza que la Policia le propina a Cuenca roza el linchamiento. Aquello enloquece literalmente al Estadio Nacional de Lima. En un estado de histeria colectiva empiezan a destrozar todo a su alrededor: asientos, vallas, hinchas rivales…hasta el punto de hacer fogatas en la propia grada. Definitivamente todo se había salido de madre.

El árbitro uruguayo decide suspender el encuentro por motivos evidentes. Los futbolistas abandonan el terreno de juego mientras los antidisturbios hacen acto de presencia sobre el mismo. El Comandante Jorge de Azambuja ordena disparar bombas lacrimógenas sobre las gradas para intentar dispersar a aquellos seguidores furibundos. De la histeria colectiva se pasa al pánico más atroz. Los hinchas corren tratando de huir de aquella nube tóxica y acaban pisoteándose unos a otros durante su escapada hacia la puerta de salida. Para más inri, las puertas de acceso había sido cerradas para que no entrara más aforo del estipulado….y lo que sucedió ya se lo pueden imaginar. Cientos de personas mueren aplastadas y pisoteadas en su intento desesperado por huir de aquel infierno de gases lacrimógenos y pánico total en que se había convertido el Estadio Nacional de Perú.

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Los que consiguen salvar la valla metálica y llegar a la calle, no iban precisamente en son de paz. El estado de pánico e ira se mantiene sobre el asfalto de Lima, que ve como una marabunta destroza y quema todo lo que encuentra a su paso.

Hubo saqueos, robos e incendios por doquier. Muchos perdieron sus vehículos. La fábrica Goodyear fue incendiada por la turba. Alguos sostienen que la Policia disparó contra la propia población y se deshizo de los cadáveres en secreto…pero es algo que nunca se pudo probar.

Fue tal el grado de conmoción que el gobierno que presidía Fernando Belaúnde Terry tuvo que suspender las garantías constitucionales por espacio de un mes.

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Dos días después de la tragedia, la policía capturó al Negro Bomba, que sería usado como chivo expiatorio de «La Tragedia de Lima». También el Comandante Azambuja sería señalado por las altas instancias políticas del Perú, deseosas de que aquella «patata caliente» se la comiese otro. La tragedia fue aprovechada incluso para malmeter contra la oposición izquierdista peruana, a la que se tachó de instigadora de la tragedia.

Tras este lamentable episodio, el Estadio Nacional cerró sus puertas cerca de seis meses y cuando regresó la afición a presenciar de nuevo el fútbol en sus graderías, ya se había eliminado la zona que circundaba toda la parte baja. Su capacidad inicial de 53.000 aficionados se había reducido a 45.000.

Aunque el partido no había finalizado, a Argentina se le concedió la victoria, clasificándose directamente para las Olimpiadas de Tokio. El campeonato fue cancelado y se mantuvieron las posiciones tal y como habían quedado tras la fatídica jornada de Lima. Brasil y Perú, empatados ambos a 5 puntos, jugaron quince días después el partido para definir al segundo representante sudamericano a Tokio.

El 7 de junio se disputaria en Río de Janeiro a partido único el encuentro decisivo entre Brasil y Perú. Los cariocas vencerían por 4-0 a unos peruanos que parecían zombies por el campo y que no acababan de creer aún lo que había sucedido un par de semanas atrás, cuando un gol anulado desembocó en la peor tragedia de la Historia del fútbol.

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10 comentarios en “La tragedia de Lima (1964)

  1. Una triste historia, lamentablemente ni la primera ni la única. En Buenos Aires, en 1969, hubo un episodio similar luego de un River-Boca. Se lo recuerda como la Puerta 12. Esto pasa cuando el fútbol deja de ser una fiesta para transformarse en una batalla estresante, sin ética ni estética. ¿Algún día aprenderemos?

    1. Buscando información sobre esta tragedia me encontré con la que tú dices de River-Boca en el 69.Realmente triste salir de tu casa ir a ver un partido de fútbol y acabar muerto aplastado contra un valla.

      Nunca aprendemos del todo,Germán…siempre tendemos a caer en lo mismos errores.

      Un abrazo…. y ya sabes que cuando quieras puedes mandarme algún artículo para que lo publique con tu nombre.

  2. Yo me llamo dulce y soy sobrina nieta del negro bomba el y el papa de mi madre son hermanos,es una lamentable historia ,siempre se comentaba sobre el tema y un par de veces venia a SMP a visitar…

  3. Yo nací en el año 1969. Hoy me he enterado de esta tragedia que ocurrió hace 50 años al mirar la página web de RPP. Qué terrible desgracia caray, y…… ese tal «Negro Bomba» era un salvaje, para la idiosincracia y forma de vida de los años 60.
    Hoy, que en unos minutos más, se juega la final de la Liga de Campeones entre dos equipos españoles, y por lo que he visto por TV y algunas veces asistí a un estadio de fútbol, nunca fui testigo de tantas muertes insulsas como la que sucedió en 1964.
    Que descansen en paz las 321 víctimas de aquel partido entre peruanos y argentinos !!

  4. Durante mi primera vez en el Perú, a finales de junio de 1964, asistí al primer partido después de la tragedia de mayo.

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